... Érase que se era...
... en un tiempo tan lejano como la memoria permite recordar...
La historia de una aldea y 3 bellas y hermosas hermanas.
Las muchachas, oriundas del lugar, tenían el fuego en el pelo y la luna en la cara... y se decía en la aldea, que su madre en un tiempo lejano... podía curar e incluso leer en el libro del cielo, y al morir... traspasó toda esa sabiduría a las tres mujeres.
Era el tiempo de la recolecta y se daba paso al invierno. Calabazas, manzanas y otros frutos se recogían para subsistir toda la temporada.
Como cada día, las tres muchachas se ataviaron con las ropas adecuadas y todos los aperos para la recolecta de aquello que luego se convertía en maravillosos pasteles y dulces. Pero algo había cambiado...
Ninguno de sus vecinos aquel día las miraba, ninguno de ellos las saludó ni las ayudó a pasar el río... ¿qué había cambiado?
Mientras terminaban el largo día y la cosecha, se hacían mil preguntas, pero aún así, ya estaban pensando en lo que cocinarían para la fiesta de la recolecta.
En eso estaban... cuando vieron cómo ante ellas se agolpaba la muchedumbre. Las increpaban con voces y palos y llevaban candiles para alumbrar en la oscuridad.
Ellas no sabían dónde acudir, ni qué estaba sucediendo, pero pensaron por lo que oían, que sus vecinos tenían miedo, miedo de sus conocimientos y de lo que su madre les enseñó.
No había tiempo para huir, ni tenían valor para un enfrentamiento con aquellos que siempre habían estado en sus vidas... así que sin darse cuenta y en silencio, balbuceaban palabras que no habían recordado hasta ese día... y cuando los vecinos llegaron hasta ellas... no había nadie... sólo ¡CALABAZAS !
Ya no había nadie a quien golpear... sino cientos de calabazas que se confundían con la tierra.
Fue entonces cuando los vecinos, aterrados corriendo hacia la aldea despavoridos, se juntaron en sus casas entre mil luces encendidas y buscando a las muchachas por cada rincón...
Y así fue como lo que hubo de ser una fiesta... se convirtió en una PESADILLA TERRIBLE, que cada año fue memorada. Y así fue como historias como ésta dieron lugar a Halloween.
Jack-o'-lantern.
El encuentro con el diablo.
En una lejana noche de brujas, un pendenciero irlandés con fama de borracho, llamado Jack, tuvo la mala fortuna de encontrarse con el diablo en una taberna.
A pesar del alcohol ingerido, Jack pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago.
El diablo se transformó en una moneda para pagarle al camarero, pero Jack -harto tacaño- rápidamente lo tomó y lo puso en su monedero (que tenía grabado una cruz), así que el diablo no pudo volver a su forma original y Jack no lo dejaría escapar hasta que le prometiera no pedirle su alma en diez largos años.
El diablo no tuvo más remedio que concederle su reclamación y marcharse por dónde había llegado.
Pasado el plazo de los diez años, Jack se reunió con el diablo en el campo.
El diablo iba preparado para llevarse su alma pero Jack pensó muy rápido y dijo: Iré de buena gana, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol por favor?
El diablo pensó que no tenía nada que perder, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes que se diese cuenta, Jack rápidamente había tallado una cruz en el tronco. Entonces el diablo no pudo bajar y él le obligó a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente.
Al diablo no le quedó más remedio que aceptar.
El alma en pena de Jack el irlandés.
Jack murió unos años más tarde, pero no pudo entrar al cielo, pues durante su vida había sido golfo, borracho y estafador.
Pero cuando intentó entrar, por lo menos, en el infierno, el diablo tuvo que enviarlo de vuelta, pues no podía tomar su alma (lo había prometido).
¿A dónde iré ahora? Preguntó Jack, y el diablo le contestó: Vuelve por donde viniste.
El camino de regreso era oscuro y el terrible viento no le dejaba ver nada.
El diablo le lanzó a Jack un carbón encendido directamente desde el infierno, para que se guiara en la oscuridad, y Jack lo puso en una calabaza que llevaba con él, para que no se apagara con el viento.
Comenzó a vagar eternamente y sin rumbo por todo el mundo para encontrar un lugar donde finalmente (“Jack el de la linterna”), o Jack-o’-Lantern.
La linterna de Jack en Irlanda y Escocia era un nabo tallado con la supuesta cara tenebrosa de Jack, que solían colocar en las ventanas para ahuyentar al diablo y a todo espíritu maligno de sus hogares.
¿Con cuál te quedas? ¿Truco ó Trato? ¿Dulce o Diablura?
La mayoría de la gente elige la "Diablura", y así aprovecha la fecha para convertirse en lo que cotidianamente, no puede ser.
Así es como llegamos a esta sesión de fotos, a la que mi amiga Belén me invitó y con la que colaboré.
Estos son los resultados...
Agradecer a las maravillosas modelos por dejarse hacer y a Pepa y Jose Luis, no sólo por la sesión y sus conocimientos sino también, por su maravilloso arroz.
Me a encantado nunca abia leido ni escuxao esto. ..alfinal gracias a ti me hechare a leer ...me a gustado muxo y gracias a las 2 por estos makillages����
ResponderEliminarjijiji Me alegro que te haya gustado la historia. Gracias a ti primor, aquí estoy pa lo que necesites. Y si te echas a leer gracias a mí, sería todo un halago :P
Eliminarun besazo guapa